En los últimos años se han multiplicado los talleres de escritura en España: lo que era una práctica excepcional hace no mucho tiempo cuenta ahora con un reconocimiento generalizado como actividad formativa y de ocio. En cualquier ciudad mediana hay hoy al menos 3 o 4 talleres. En Madrid y Barcelona muchísimos más: La mayoría de iniciativa privada, pero también los hay ya en bibliotecas públicas y en centros culturales de ayuntamientos y comunidades autónomas (aunque no en las escuelas). Muchos, de autor, en los que el profesor se toma a sí mismo de paradigma para mostrarle al tallerista cómo escribir. Pero también hay bastantes plataformas de talleres más grandes, con una oferta más diversa de coordinadores y cursos. Lo que es sin duda valioso. Pero la oferta académica es muy desigual, sin los controles que acrediten unos mínimos para ejercer como coordinador de un taller de escritura. Ser escritor no es aval suficiente para coordinar un taller: son necesarios, primero, una formación específica para la didáctica de la escritura, para ser de verdad útil al alumno, y ayudarle a encontrar y trabajar su propio estilo, y, segundo, una fundamentación o justificación de ese taller con una reflexión honesta sobre sus objetivos y expectativas.
Los talleres de escritura creativa Fuentetaja comenzaron en Madrid en 1985. Planteados desde su inicio como plataforma de talleres para proveer herramientas y actividades relacionadas con la escritura creativa y otros temas afines, supusieron una alternativa audaz a los pocos talleres de autor que había entonces. Con la mayor oferta de talleres y seminarios en castellano, en estos treinta años Fuentetaja ha sido fundamental para la popularización de la disciplina por la difusión de su trabajo (también por su labor editorial). Pero nunca ha querido considerarse a sí misma como escuela: lejos de buscar en la educación reglada las claves para el aprendizaje de la escritura, ha creído en los valores del taller: en el trabajo práctico, en grupo, horizontal, colaborativo, de intercambio crítico y autoevaluación. No enfocado a formar escritores (en el mejor de los casos una ingenuidad), sino a ayudar a los aficionados a la escritura a desarrollar su capacidad creativa, con un programa abierto, adaptado al tiempo, interés y ritmo de aprendizaje de cada alumno. Puedes conocer mejor su historia aquí.
Lo indicamos al principio, en la presentación de la Fundación: Todas las personas estamos dotadas para mantener una relación activa y creativa con los diversos lenguajes de la creación artística. Escritura(s) trabaja en la promoción de la escritura como práctica artística al alcance de todos, en facilitar el desarrollo de esa creatividad, porque entiende que escribir no es una actividad exclusiva del escritor profesional, aunque este es sin duda una referencia fundamental para el aprendizaje de la escritura, por su apuesta por el oficio. En este sentido, nos gusta distinguir al artista del creador: no nos interesa tanto esa legitimación externa del artista como la necesidad de expresión del creador.
Asesoría para la creación del taller: estudio de mercado, trámites administrativos, condiciones del aula, coordinación y profesorado, perfiles de alumnos, promoción del taller, gestión económica y oferta académica.
Formación del profesor o profesores: creación de material didáctico (teoría y ejercicios), elección de textos para el taller, diseño de rutas de aprendizaje y fundamentos pedagógicos para la práctica de la escritura.
Por favor, ponte en contacto con nosotros si estás interesado en crear un taller. Te podemos ofrecer distintos servicios y presupuestos, y distintos modos de colaboración si tu proyecto encaja en el proyecto didáctico y social de Escritura(s).