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El plazo está abierto hasta el 5 de mayo. Cada miembro del Club puede enviar hasta 3 participaciones.

Podéis acceder en https://clubdeescritura.com/convocatoria/semillero-de-historias-de-cuare...

De la introducción de la convocatoria:

No existe una situación más propicia para contar historias que una cuarentena. Es de hecho un fenómeno ya muy visible, a solo pocos días de que en tantos lugares del mundo la gente se haya visto súbitamente obligada a encerrarse poco menos que de un día para otro entre cuatro paredes, y durante lo que se augura puede ser un prolongado periodo de tiempo. Se ha producido una explosión de relatos, vídeos y memes de todo tipo que surgen ajustados a la situación y se propagan por las redes sin freno. Relatar e intercambiar se convierte de repente en la principal tabla de flotación del ánimo y a la vez dibuja una nueva humanidad conectada más allá de fronteras y paredes.

Existen diversas tradiciones que han dejado buen registro de lo que supone la experiencia del enclaustramiento. Por ejemplo, el escritor Julio Llamazares nos recordaba El Decamerón en un artículo reciente a propósito de lo que ocurre. Habría que recordar también el género carcelario, de larga tradición, y la extensa lista de obras que tantos intelectuales, artistas y gente de todo orden y condición escribieron en prisión. O el género místico, al que han sido tan proclives frailes y monjas de clausura; la palabra enclaustramiento nos recuerda de hecho la importancia que las religiones han dado siempre al retiro y el aislamiento. Y cómo no recordar el testimonio visionario de tantos eremitas y anacoretas como han existido a lo largo de la historia; un buen momento para revisitar al personaje encarnado por Fernando Fernán Gómez viviendo en el baño de una casa en la película “El anacoreta” o para recordar a Onetti, que pasó años sin querer salir de la cama, desde donde recibía a amigos y admiradores. Sin olvidar los relatos sobre ciudades sitiadas durante largos periodos de cruentas guerras, desde Troya y Numancia hasta Stalingrado y Leningrado. O los relatos de perseguidos que pasaron años de encierro para escapar a la persecución: los diarios de Ana Frank o tantas historias sobre los republicanos que pasaron años escondidos en un falso armario en sus casas para evitar ser ajusticiados tras la guerra civil española.

Pero sobre todo habría que recordar ahora más que nunca que las primeras historias de la humanidad habrían surgido alrededor de un fuego en el fondo de las cuevas y ante el acecho de peligros ignotos que amenazaban en el exterior…